Tesla lo ha vuelto a hacer. En su afán por liderar no solo el mercado de los coches eléctricos, sino también el futuro de la robótica, la compañía ha presentado la segunda generación de su robot humanoide, Optimus Gen2. Esta máquina no es solo una mejora significativa respecto a su predecesor, sino que podría marcar el inicio de una nueva era en la que los robots realicen tareas cotidianas en nuestras casas, fábricas y más allá.
Con mejoras en su velocidad, agilidad y, sobre todo, en la precisión de sus manos, Optimus ahora puede realizar tareas delicadas, como manipular un huevo sin romperlo, gracias a su avanzada capacidad de percepción táctil. Pero lo que realmente impacta es la visión de Elon Musk: Optimus está diseñado para ser una herramienta universal que pueda asumir casi cualquier tarea repetitiva, liberando a los humanos para que se concentren en trabajos más creativos
Musk ha comparado a Optimus con su flota de vehículos, afirmando que este robot tiene un potencial de mercado aún mayor. En su mente, Optimus será tan omnipresente como los coches de Tesla, con aplicaciones en industrias que van desde la manufactura hasta la atención domiciliaria. Su idea es que en el futuro la proporción de robots humanoides podría igualar o incluso superar a la población humana
Y no podemos evitar ver las similitudes con Tony Stark, el personaje detrás de Iron Man. Musk, al igual que Stark, ha creado una empresa que parece salida directamente de una película de ciencia ficción. No solo construye vehículos eléctricos y ahora robots humanoides, sino que sueña con colonizar Marte. Si Iron Man tiene a Jarvis, Musk tiene a Optimus, y el futuro que plantea parece estar cada vez más cerca de la ciencia ficción hecha realidad
A pesar de que estamos a años luz de ver robots como Optimus en cada hogar, la velocidad a la que Tesla está avanzando en este campo es impresionante. Como dicen, “el que da primero, da dos veces”, y Musk parece decidido a ser el primero en dominar esta revolución tecnológica.